Si tan solo el hombre aprendiera a mirar las estrellas a escuchar en cada una el río de risas que titilan en la noche
si tan solo se detuviera en el asombro niño de sus florerías el planeta estaría poblado de rosas de zorros domesticados
de serpientes que regalan a los transeúntes el secreto de todos los enigmas lo esencial se haría visible al corazón y el principito estaría de regreso entre nosotros para dibujar corderos sin bozal. Dicen que antoine se fue a buscarlo porque la tristeza de esta tierra le había quebrado la risa junto a las alas de los aviones que no saben del vuelo de los pájaros
pero cada noche los luceros anuncian a quien habita los espacios de los cielos erguido sobre las ramas de las arbolas que le regalan la vida a las mariposas que regresarán antoine y el principito su rosa y el cordero a celebrar el nacimiento del planeta que será por siempre la casa centelleante del hombre
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